El ministro de Industria dice que la subida de la luz, equivale a "poco más que un café". Por si fuera poco, el señor Miguel Sebastián no descarta más subidas durante el 2011.
"La subida es necesaria y equivale a poco más de 1,5 euros por usuario al mes". Por más que dedico mi poco tiempo libre a pensar lo que pasa es este país, no consigo dar con la respuesta acertada. Sólo sé que tras estas fechas, tendré que acostumbrarme a meditar con la luz apagada. Y a poder ser, también a leer, escribir, caminar por la casa...
Lo que está claro y no por exceso de luz, es que el señor Sebastián nos dió el problema y la solución al mismo tiempo. Problema: sube la luz (menuda novedad). Solución: Tomar un café menos al mes.
No soy economista, ni tengo idea de ello. Simplemente soy conocedor del precio de la cesta de la compra y de los sueldos de un ciudadano de a pie; y creo que con esto me basta para deducir lo que ya todos sabemos, aunque nadie de un golpe en la mesa y se plante. Esta crisis, como todas las crisis, vale para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres.
Cuando a las empresas energéticas, de telecomunicación o los bancos no les salen las cuentas, se suben los precios y todo solucionado. Cuando a un pequeño comerciante no le salen las cuentas, cierra y se va para su casa. ¿Cuál es la triste diferencia? En las grandes empresas invierten los políticos, banqueros y demás especies, con lo cual no se pueden permitir perder sus inversiones.
Hace poco se subió el I.V.A. porque peligran las pensiones, el paro y la Seguridad Social. A los ciudadanos nos cuesta más todo, pero siguen peligrando las pensiones, el paro y la Seguridad Social. ¿Cuál es la triste diferencia? Ninguna.
Sin embargo, los dirigentes de este país siguen con sus sueldos, sus coches de alta gama, sus comidas y cenas... todo pagado por los españoles. ¿Cuál es la diferencia? Ninguna.
Gastamos mucha energía y nos insinúan que tenemos que compartir vehículo para ir al trabajo y así ahorrar combustible y contaminar menos. Yo aún no ví a cinco políticos salir de un Opel Corsa a las puertas del Congreso de los Diputados.
En fin, una vez más y como de costumbre, no nos queda otra que apretarnos el cinturón. Y no os olvidéis de tomar un café menos al mes.
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